LA ESTRELLA DE BELÉN 
Miguel Gilarte Fernández
Actualizado al 24 de diciembre de 2019
  Si desea tomar notas de este estudio sobre la Estrella de Belén, debe  citar la fuente, autor y Entidad (Asociación Astronómica de España).
 
La Estrella de Belén es uno de los grandes misterios que ha envuelto el nacimiento de Cristo,   pero pudo ser una invención de San Mateo, un hecho sobrenatural o una   visión astronómica. Para descifrarlo tenemos que saber cuándo nació   Jesús y quiénes eran aquellos magos de oriente. 
 
Fecha de la Natividad
De  la infancia de Jesús, sólo sabemos por los evangelios de San Mateo y  San Lucas, e incluso ambos difieren. El de San Mateo es más amplio en  este sentido. 
 No  sabemos si Flavio Josefo se refería a eclipses totales de Luna o  simplemente a un eclipse de Luna, que bien pudiera ser parcial, como el  que se comenta. Los eclipses totales de Luna más cercanos a las fechas  indicadas, acaecieron el 23 de marzo y el 15 de septiembre del año -5,  así como el 9 de enero y el 5 de julio del año -1.
Herodes dijo a los magos:  “Id  allá (a Belén), y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le  halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore” (Mateo 2.8). Pero  los magos (los reyes magos) no volvieron, a sabiendas de las  intenciones de Herodes y regresaron por otro camino. Así, pasó algún  tiempo, “Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se  enojó mucho y mandó matar a todos los niños menores de dos años que  había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había  inquirido de los magos” (Mateo, 2. 16).
Por  aquél entonces, Jesús tendría 2 años. Conociendo la fecha en que murió  Herodes y en la que mandó matar poco antes de su muerte a los niños  menores de 2 años, la fecha del nacimiento sería 6 ó 7 a.C. Aún estamos  dentro de ese margen de años, entre el -8 y el -6 a.C.
 
¿Quiénes fueron los reyes magos? 
Fuera   lo que fuese la Estrella de Belén, tuvo que ser un acontecimiento   resplandeciente para despertar el interés de los magos, pero no tanto   para el resto de ciudadanos.  San Mateo, es el único que habla de los   magos, y no le da el título de reyes, ni nombres propios, ni el número   de ellos. El título de reyes se les otorga en el siglo III, en el siglo   IV los teólogos Orígenes y Tertuliano hablan de tres  magos  y en el siglo VIII se nombran a Melchor, Gaspar y Baltasar. Los  magos eran sabios y hombres de ciencia que  conocían el cielo y los  hechos celestes que podían ocurrir en el futuro, eran astrólogos o  astrónomos, ya que hace 2.000 años no había diferencia entre ambas  disciplinas, hoy hay un abismo.  Interpretaban la simbología que  representaba que un planeta estuviera  próximo a otro o entrara y  saliera de una constelación de estrellas. Los  magos eran representantes  de los tres continentes conocidos en aquella  época; Asia, África y  Europa. Fueron representantes de todo el mundo  conocido:
 
El Libro de Los Salmos
 
 
 
Salmo 72:9 Que se inclinen ante él las tribus del desierto, y sus enemigos muerdan el polvo.
 Salmo 72:10 Que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas le paguen tributo. Que los reyes de Arabia y de Sebá le traigan regalos.
 Salmo 72:11 Que todos los reyes le rindan homenaje y lo sirvan todas las naciones.
       
Los magos le dijeron a Herodes: ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarle   (Mateo 2.2). Los magos provienen de tierras lejanas de oriente, de  Irán  o de lugares próximos al mar Caspio, a 1.300 ó 1.500 km de Belén.  En  ningún lugar se especifica la procedencia exacta de los Reyes, tal  vez  no provengan de un lugar, sino de los tres continentes
 
¿Qué fue la estrella de Belén? 
En el año 7 a.C. ocurrió una CONJUNCIÓN PLANETARIA   (acercamiento aparente en el cielo de dos o más planetas), nada   habitual, Júpiter se paseó casi justamente por delante de Saturno, hasta   en 3 ocasiones en poco tiempo, en la constelación de Piscis. Los magos   interpretarían este hecho como: un gran rey (Júpiter) de Justicia   (Saturno) nace entre los judíos (Piscis). Piscis, representa al pueblo  de Israel. Se esperaba la llegada del  Mesías, según los profetas, y  estos signos indicaban que el hecho estaba  ocurriendo, al menos para  los magos de oriente. 
Tengamos en cuenta que se habla de la Estrella  de Belén, pero por aquél entonces, no había diferencia entre las  estrellas y los planetas, los planetas simplemente eran estrellas  errantes, estrellas en movimiento, mientras que el resto, las estrellas  de verdad, permanecían fijas en el cielo.
“Después   de oír al rey Herodes, ellos (los magos) partieron. La estrella que   habían visto en el este, iba delante ellos, hasta que se detuvo en el   lugar donde estaba el niño” (Mateo 2.9). El planeta   Júpiter se desplazó lentamente hacia el este en el 7 a.C.,  iba delante   de los magos, hasta que se detuvo y al poco comenzó su camino hacia el   oeste. En 1925 se encontró una tablilla de arcilla a 100 km de   Babilonia, con caracteres cuneiformes, que habla de la conjunción triple   entre Júpiter y Saturno, así que fue visible en toda aquella zona. La   tablilla está en el museo estatal de Berlín. Los magos conocían que un   acontecimiento astronómico se repetiría por tres veces durante varios   meses. Probablemente partieron de oriente cuando el fenómeno comenzó,   llegando a Belén, cuando éste concluyó. El viaje que realizaron duró   varios meses. Hubo otras conjunciones en los años 5, 3 y 2 a.C. 
Pero  cómo fue detalladamente este acontecimiento. He podido comprobar  mediante programas informáticos, la visión que tuvieron de este hecho  las personas que vivieron en el año 7 antes de Cristo. Esto ocurrió:
Bien  entrada la madrugada y al alba del día 2 de noviembre del año 7 antes  de Cristo, con una Luna al 80% de alcanzar su estatus de llena, un  pletórico planeta Júpiter lucía al norte de la Luna a escasos 3 grados  de distancia (medio grado tiene el tamaño de la Luna llena), mientras  que Saturno estaba a poco más de un grado al SE de Júpiter (a la  izquierda y abajo), entre Júpiter y la Luna, pero ligeramente desplazado  a la izquierda. La Luna en la constelación de la Ballena, mientras que  Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis. Este momento fue entre  todos el espectáculo mayor visto a simple vista en aquella época.
Pero  este fenómeno llamado conjunción planetaria entre los gigantes y  brillantes planetas Júpiter y Saturno, comenzó mucho antes. El 5 de  junio del año 7 antes de Cristo, empezó a darse una visión única y  prácticamente irrepetible en cientos de miles de años. Saturno estaba  justo a debajo de Júpiter a solo un grado (dos lunas llenas). Pero este  espectáculo no se pudo ver, pues acontecía en pleno día. Júpiter y  debido a un fenómeno y que no es más que un efecto óptico, al que  llamamos en astronomía, movimiento retrógrado, comenzó a  retroceder en el cielo, se iba hacia el W, mientras Saturno aguantaba en  el mismo lugar celeste. El increíble acercamiento de ambos planetas a  pesar de que en esos momentos se alejaban, no se pudo ver hasta la noche  del 19 de septiembre del año citado, ya que hasta entonces ocurría en  pleno día.
Pero  Júpiter regresaría a Saturno dos veces más en un máximo acercamiento de  alrededor de un grado de distancia. La fantástica visión de ambos  planetas en conjunción, se repetiría la noche del 22 de septiembre,  luego Júpiter se alejaría otra vez de Saturno y volverían a estar juntos  la noche del 14 de diciembre. Entre tanto, la noche del 6 de octubre la  Luna, casi llena,  se uniría a la pareja planetaria, estando a solo un  grado al sur de Saturno. No ha vuelto a ocurrir un espectáculo similar  hasta la fecha y mucho tiempo ha de pasar.
Un  evento de tal magnitud y durante tanto tiempo, alrededor de 7 meses,  pudo alumbrar el nacimiento de Cristo, coincidente también con el largo  período que tardaron lo Magos desde que salieron tal vez de Mesopotamia,  hasta llegar a Belén.
¿Sería un COMETA  como  el famoso Halley que vuelve cada 76 años?  El Halley se vio el 12  a.C.  Cuando ponemos una estrella con cola, en el árbol de Navidad es  porque  el pintor Giotto en 1304 pintó “La adoración de los reyes  magos”,  dibujando un cometa sobre el portal, Giotto se impresionó por  la  aparición del Halley en 1301. Desde entonces es una tradición.

El cuadro "Adoración de los Reyes Magos", pintado por Giotto. Obsérvese el cometa en la parte superior de la pintura.
En  las crónicas chinas celestes, que eran en las que registraban todos los  acontecimientos del cielo, ya que en occidente se pensaba que el  firmamento era inmutable y cualquier aparición en él, era concebida como  un fenómeno terrestre y no merecía la pena derramar tinta sobre ello,  se puede leer que en la primavera del año -5, "una estrella escoba apareció durante más de 70 días".  No podemos interpretar de otra forma esta mención, como la de un cometa  brillante. Es el cometa más ajustado a la fecha del nacimiento de  Cristo del que se hace referencia.
Pudo ser una potente SUPERNOVA,   una estrella decenas de veces más grandes que el Sol que explotara,   pero no hay registros de ello, ni restos en el cielo. Un acontecimiento   maravilloso ocurrió el 31 de marzo del 5 a.C. Una NOVA,   iluminó los cielos. Las novas son estrellas que se hinchan y se hacen  muy luminosas,  no tanto como las supernovas, pero impresionan. La nova  brilló 70 días y  los magos se dirigieron al este tras ella. Cuando  llegaron a Jerusalén y  Herodes le dio audiencia, la nova lucía justo al  sur y poco antes del  amanecer, encima de Belén. 
Tal vez, no fue un acontecimiento, el que indicó el camino de los magos a Belén, sino la SUMA DE TODOS ELLOS.   Los magos, verían las primeras señales del nacimiento, con la triple   conjunción planetaria de Júpiter y Saturno en el 7 a.C., en febrero del 6   a.C. una conjunción de Júpiter, Saturno y Marte, en mayo Júpiter,   Saturno y Venus, los tres planetas más brillantes del cielo y siempre en   Piscis. Los magos ante las señales del nacimiento del Mesías anunciado   por los profetas, estarían preparados para partir, hasta que llegó la   nova del 5 a.C. Cuando la vieron, fue la señal definitiva, comenzaron  su  viaje durante 70 días, tiempo en que la nova estuvo visible, hasta   llegar a ver a Jesús. 
 
CONCLUSIÓN:  No obstante y debido a ciertos aspectos de durabilidad del  acontecimiento celeste y de pruebas de fechas, por la que se estima que  Jesús nació en el año -7, parece más plausible que la Estrella de Belén,  que aparece reflejada en dos de los Evangelios, fuera en realidad la  excepcional conjunción planetaria entre los gigantes planetas Júpiter y  Saturno, teniendo además en cuenta el significado de los planetas y de  la constelación en la que se unieron.
En  el Evangelio de San Mateo, se habla que la estrella cambió de dirección  y se dirigió a Belén. Ni una supernova, ni una nova cambian de  dirección en el cielo. Los cometas se desplazan en el firmamento, pero  no cambian bruscamente de dirección, pero sí lo hizo Júpiter, delante de  Saturno. Júpiter representaba un nuevo rey, Saturno el antiguo, cuando  los dos planetas se acercaban en el cielo, que lo hacen cada muchos  años, indicaban un cambio de poder y así lo interpretaron los magos.  Pero una conjunción entre Júpiter y Saturno, como la que se dio en el  año -7 es muy improbable, aunque tuvo lugar.
Asociación Astronómica de España