ALFA MONOCERÓTIDAS

Lluvia de estrellas fugaces de noviembre

Máximo de la actividad la noche del 21 al 22

 LA LLUVIA QUE RENACE DE SUS CENIZAS

 

Miguel Gilarte Fernández 

 

Aparecen en la constelación del Unicornio (Monoceros), cerca de su estrella Alfa. Aunque también pueden partir de la constelación de Canis Minor o Perro Menor.

Registrada por primera vez el 20-11-1925 por F. T. Bradley, contando 37 meteoros en solo 13 minutos. La abundancia de meteoros en muy poco tiempo, es propio de esta lluvia, cuando ocurre.

Se pueden observar del 15 al 25 de noviembre; Con máximo el día 21. En 1995 se vieron 420 meteoros por hora, pero en un período tan corto, como de 5 minutos, por lo que la lluvia fue extraordinariamente intensa.

Lo curioso de esta misteriosa lluvia, es que no se conoce con qué regularidad se producen los máximos con intensidad como el ocurrido en 1995.

Los meteoros son rápidos y débiles, con velocidades de 65 km/s.


¿De dónde procede esta lluvia?

Es probable es que la lluvia tenga lugar gracias a las partículas que desprende el cometa Van Gent-Peltier-Daimaca o también denominado C/1943 W1 van Gent - Peltier – Daimaca, observado por primera vez el 27 de noviembre de 1943 por el astrónomo holandés Hendrik van Gent, pero no hay certeza sobre si el cometa es el progenitor de la lluvia.

 

Picos de la lluvia y tormentas meteóricas

¿Por qué es curiosa esta lluvia? En principio no debería llamarnos mucho la atención, debido a que normalmente, la noche del máximo de la actividad, se pueden apreciar solo 4 meteoros a la hora, lo que la hace una de las lluvias conocidas más podres.

Pero hay que estar siempre en alerta cuando llegue el máximo de su actividad ya que se producen en ocasiones verdaderas tormentas meteóricas que llegan a alcanzar los más de 1.000 meteoros a la hora, por eso la lluvia es explosiva y sorpresiva cada x años que no podemos estimar.

Emocionantes fueron los casos, que según cuentan los testigos de estos eventos explosivos, como el de 1925, cuando se pudieron contar 2.000 meteoros a la hora, lo que equivale a ver casi dos meteoros por segundo, eso sí es llover.

Otro gran ocasión de ver la espectacularidad de esta lluvia, tuvo lugar 10 años más tarde, en 1935, se contaron 1.000 meteoros por hora. En 1986, pudimos ver un espectáculo que jamás olvidaremos, ya que cayeron 600 meteoros a la hora, más recientemente en 1995, se alcanzó la cifra de 400 por hora, pero curiosamente, la Tierra debió tocar un embolsamiento de partículas en el espacio, porque casi toda la lluvia se concentró en un período de tiempo cortísimo, como nunca, de solo 5 minutos. Así pues, la última gran noche, fue en el año 1995, desde entonces esperamos fuertes lluvias como la de los años citados.

 

ASOCIACIÓN ASTRONÓMICA DE ESPAÑA