LLUVIA DE METEOROS PERSEIDAS 2024
LLUVIA DE METEOROS
PERSEIDAS 2024
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Para ver las Perseidas este año 2024, infórmese pinchando
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Una vez más están aquí las Perseidas. Este año 2024, con el máximo de actividad, la madrugada del 12 al 13 de agosto.
"LA GRAN LLUVIA DEL HEMISFERIO NORTE"
Miguel Gilarte Fernández
La lluvia de meteoros más antigua que conocemos, vista por primera vez, según las crónicas chinas en el año 36.
Las Perseidas y el Santo: Uno de los acontecimientos más sorprendentes que tienen lugar en el firmamento, son las llamadas “lluvias de estrellas fugaces”, (en realidad se les denomina lluvia de meteoros) la noche del 12 al 13 de agosto, es posible ver un espectáculo sin igual, un lluvia de estrellas conocida desde hace casi 2.000 años; “Las Perseidas”, también comúnmente denominada “Las Lágrimas de San Lorenzo”, al coincidir prácticamente con la festividad del santo, que es el 10 de agosto, aquél al que (según la leyenda), le fue entregado el Santo Grial por la Iglesia, aquella Copa donde bebió Jesucristo en la Última Cena junto a los Apóstoles, trasladada por el Santo a Huesca donde permaneció oculta y olvidada.
Así pues, se trata de la primera lluvia de meteoros de la que se tiene constancia, según se lee en las crónicas chinas de tiempos próximos a Jesucristo, concretamente del año 36, aunque hasta 1835, no se supo, que esta lluvia era cíclica, es decir, que se repetía todos los años.
Pero lo del santo es una leyenda, la realidad de las Perseidas es otra. No llora el Santo, y no caen estrellas del cielo, el espectáculo es mucho más sencillo de entender de lo que parece. Las estrellas fugaces o meteoros, son pequeños trozos de rocas del tamaño de un grano de arena o de un grano de arroz, en el mayor de los casos, pueden ser como un garbanzo, que chocan a tanta velocidad contra nuestra atmósfera, a una media de 60 km/s, que el roce con ella, y debido a la fricción y a la elevada temperatura conseguida, provoca que las veamos como destellos luminosos en el cielo, normalmente se desintegran a unos 100 km de altura, en ocasiones dejando grandes estelas persistentes, en momentos determinados, incluso podemos oír un silbido (bólidos), son pocos los casos, pero se han visto estrellas fugaces tan brillantes como nuestra Luna llena, iluminándose el suelo (bola de fuego), por ello este espectáculo es muy cambiante cada año, y todo los año nos depara grandes sorpresas.
Los meteoros de las Perseidas viajan a una velocidad de 56 km/s, hay otras lluvias cuyos meteoros van a 71 km/s otras a poco más de 40 km/s.
Las velocidades de los objetos celestes en el espacio, suelen ser muy altas, por ejemplo, la Tierra viaja a 30 km/s alrededor del Sol, el Sol a su vez va a una velocidad de 220 km/s alrededor de nuestra Galaxia la Vía Láctea, empleando 250 millones de años en dar una vuelta. Cualquier pequeño objeto que impacte con la atmósfera de la Tierra a estas velocidades, se reducirá a cenizas.
Estas partículas procedentes de los cometas (y de otros astros del Sistema Solar), cuando viajan por el espacio, se denominan METEOROIDES, una vez que entran en nuestra atmósfera y se hacen visibles como un destello o trazo luminoso en el cielo, se les da el nombre de METEOROS o ESTRELLAS FUGACES, si fueran más brillantes que el planeta Venus (-4,0 magnitud) y emitieran algún silbido o sonido mientras entran en la atmósfera, se les denominarían BÓLIDO. Los bólidos tienen una masa superior a 10 gramos y son los responsables de dejar estelas en el cielo que en ocasiones son visibles durante media hora, además pueden llegar a explotar (incluyendo un fuerte estruendo) y dejar restos en el suelo, por lo que estaríamos hablando de METEORITOS, que son los fragmentos que llegan a tocar el suelo y que podeos recoger como muestras de material extraterrestre, normalmente procedentes de cometas, asteroides y planetas del tipo terrestre.
¿Por qué se llaman Perseidas? Porque la mayor parte de las estrellas fugaces que se pueden apreciar, parecen provenir de la constelación de Perseo, una constelación que comienza a aparecer en el cielo por el NNE nada más oscurecer la noche del 12 al 13 de agosto. Hay más de 140 lluvias de estrellas fugaces al año, por ejemplo las Leónidas, que parecen provenir de la constelación de Leo y que tienen lugar cada 17 de noviembre, con un enorme número de meteoros cada 33 años. Ha habido años, en los que las Leónidas han sido tan abundantes, que los observadores la han comparada con el fin del mundo o con una intensa nevada en plena noche, e incluso se han hecho visibles en pleno día, se han observado cayendo sobre la Luna y se han recogido muestras que han llegado a la Tierra (meteoritos) por ello cada año estas lluvias nos sorprenden.
A la izquierda, Perseidas desde el Observatorio Astronómico de Almadén de la Plata, Sevilla.
¿Pero de dónde proceden esas piedrecitas que caen del cielo? Cada lluvia de estrellas fugaces está asociada a un cometa, también un cometa puede provocar varias lluvias. Un cometa es un objeto celeste que orbita entre los planetas del Sistema Solar, algunos pueden proceder de otras estrellas, hay miles, son rocas irregulares que pueden alcanzar diámetros de más de 100 km, pero están envueltas de hielo. Cuando un cometa se acerca a al Sol, más que nada cuando se interna en las órbitas de Júpiter, Marte y la Tierra, comienza a desplegar una larga cola, que puede llegar a medir cientos de millones de km.
Esta cola es el resultado de la sublimación del hielo que rodea a la roca, es decir, por el efecto del calor solar, el hielo pasa del estado sólido al gaseoso directamente. Cuando este proceso ocurre, al sublimarse el hielo, arrastra consigo, en innumerables pequeñas explosiones sobre la superficie del cometa, polvo y guijarros, que son lanzados al espacio por miles de millones, es como una locomotora de vapor, cuyo humo va quedando tras ella, en el caso del cometa, va dejando tras él, restos de polvo y pequeñas piedras. La Tierra choca con estos restos y los de otros cometas en fechas diferentes a lo largo de todo el año. No es peligroso, nuestra atmósfera es un gran escudo protector.
El cometa que provoca la lluvia de las Perseidas, es el denominado 109P/Swift-Tuttle descubierto por Lewis Swift y Horace Parnell en 1862, un gigantesco cometa, con un diámetro de 26 km, y se aproxima a la Tierra cada 133 años, visto a simple vista por primera vez en el año 332 a.C., en estos momentos se aleja de la Tierra para internarse en el Sistema Solar exterior, llegando más allá de la órbita de Plutón, para más tarde regresar. Si el cometa ha pasado recientemente, el material que deja es más numeroso, con lo cual, los meteoros visibles en estos períodos son más abundantes y normalmente más brillantes e intensos. La última vez que pasó fue en 1992, un año más tarde se pudieron contar más de 400 meteoros por hora. El número de meteoros ha descendido desde entonces, pero normalmente se alcanzan a ver a simple vista entre los 100 y 120 meteoros por hora, aunque este número puede ser engañoso, ya que esta estimación se hace contando todos los meteoros que aparecen en el cielo durante una hora y es imposible que una persona pueda abarcar todo el cielo con su vista.
¿Cuándo? La máxima actividad de la lluvia se producirá en la noche del 12 al 13 de agosto. Normalmente hay una hora de máximo, pero es muy difícil de precisar, por ello, es conveniente comenzar a observar desde el inicio del anochecer hasta que aguantemos. Si no podemos observar esa misma noche, días antes y días después del máximo, también son muy buenas fechas, de cualquier forma, la actividad de las Perseidas se extiende desde el 17 de julio al 24 de agosto, mientras más cerca estemos de estas dos últimas fechas, menos meteoros veremos.
Previsiones para el año 2024:
La Luna tiene varios días de edad en su cuarto creciente y se ocultará sobre las 00,30 h, podríamos aprovechar para verla con telescopios, mientras se mantienen en el cielo.
¿Desde dónde verlo? Hay que salir de la ciudad, incluso de pueblos aunque sean pequeños. Sufrimos de una gran cantidad de contaminación lumínica, es decir, luz dispersa que sale de nuestros alumbrados públicos en todas direcciones, haciendo que el cielo se vea mucho más claro de lo normal. Desde una gran ciudad, son muy pocas las estrellas que se ven a simple vista. Hay que salir lo más lejos posible de las urbes para encontrarnos cielos muy oscuros, esto es lo esencial para apreciar con todo detalle la lluvia de las Perseidas; mientras más oscuro, más veremos. Nosotros estaremos en los observatorios de El Castillo de Las Guardas y de Almadén de la Plata, ambos en la sierra norte de Sevilla.
¿Qué necesitamos para ver la lluvia? Bueno, sólo nuestros ojos. No hacen falta telescopios, ni prismáticos, ni ninguna ayuda óptica, debido a que al tener aumentos, sólo nos permiten ver unas regiones concretas y pequeñas del cielo, necesitamos el mayor ángulo posible de visión, y nuestros ojos sin ayuda óptica es lo ideal. La mejor forma de ver el espectáculo, es tumbado, con algo de abrigo y además tener los menores obstáculos posibles, es muy positivo tener un horizonte despejado. Los prismáticos son aconsejables para ver las estelas de los meteoros que persisten durante algún tiempo en el cielo, con ellos, las apreciaremos con más detalles y durante más tiempo.
¿Hacia dónde mirar? En realidad, aunque los meteoros parezcan partir de la constelación de Perseo, pues es allí donde se encuentra el radiante, que se localiza hacia el NNE, los meteoros podrán verse mirando en cualquier dirección, aunque preferentemente al N y NE. El radiante, ya está fuera cuando oscurece, aunque bajo sobre el horizonte, a medida que pasa la noche se va elevando.
¿Qué llevar? A pesar de las Perseidas se producen en pleno verano, es conveniente llevar ropa de abrigo y calzado adecuado si vamos a salir al campo. Es muy importante llevar una tumbona o una colchoneta o mantas para estar tumbados y mirar hacia arriba sin tener que adoptar una molesta postura que nos puede provocar daños en el cuello si estamos sentados o de pie. Comida y bebidas. Linternas, una con luz roja para que no nos deslumbre la luz cuando tengamos que mirar los mapas celestes (por ejemplo) y otra de color blanco para poder ver en la oscuridad cuando tengamos que desplazarnos. Es conveniente llevar mapas del cielo para orientarnos y si queremos y conocemos bien el cielo, trazar las trayectoria de los meteoros sobre los mapas, indicando la hora exacta, el color del meteoro, tiempo que ha durado su visibilidad, si ha dejado estela persistente se debe indicar cuánto duró, la magnitud, comparando el brillo de la estrella fugaz con planetas y estrellas visibles conocidas por nosotros. Otro dato importante es si ha explotado, pues puede que se recupere algún trozo y si hemos escuchado algún zumbido durante la trayectoria de caída.
Y ya sabe, por cada estrella que veamos, un deseo, así que vaya planeando qué pedir, porque serán muchos.
Asociación Astronómica de España