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LLUVIA DE METEOROS DE LAS DRACÓNIDAS

 

 

LLUVIA DE METEOROS
DRACÓNIDAS
2023

 

MÁXINA ACTIVIDAD:
NOCHE DEL 8 AL 9 DE OCTUBRE

 

Período de la lluvia: del 6 al 10 de octubre

Miguel Gilarte Fernández

Si desea publicar parte de este artículo, indique el nombre del autor y "Asociación Astronómica de España".

A primera hora de la noche podrán verse las «lágrimas» procedentes de la constelación del Dragón:
las Dracónidas.

Estos meteoros son de los más lentos de cuantas lluvias existen.

La lluvia de la Dracónidas, ha sorprendido en muchas ocasiones, es esta una lluvia caótica, que nadie atina a comprender y menos a establecer cada año un número de meteoros visibles por hora. Otras lluvias están más «controladas» como las famosas Perseidas de agosto.

El Dragón, que es la constelación de donde parten los meteoros, en ocasiones despierta y asombrosamente parece llorar con miles de lágrimas brillantes que caen justo cuando oscurece y desde lo más alto del cielo. Aunque no siempre el Dragón está tan triste, pero solamente podemos saber su estado de ánimo, observándolo durante la noche. Estos «llantos» no son predecibles.

En el año 2011, la lluvia de las Dracónidas, asombró a neófitos y científicos, cuando en la noche del 8 al 9 de 0ctubre, se pudieron contemplar más de 400 meteoros por hora, pero eso fue nada ya que entró en la atmósfera una tonelada de material procedente del cometa 21P/Giacobini-Zinner, por eso esta lluvia también es llamada Giacobínidas.

En realidad, todos los días intentan entrar varias toneladas de material procedente del espacio exterior, material que en su mayoría procede de los cometas, aunque cae de forma muy dispersa e incluso en pleno día, por ello no podemos hablar de lluvias de estrellas fugaces todos los días.
La lluvia de las Dracónidas se produce en la constelación del Dragón, que está sobre nuestra cabeza nada más caer la noche, lo mejor es mirar hacia arriba y hacia el norte, la noche del 7 al 8 y la del 8 al 9 de octubre. La lluvia dura del 6 al 10 de octubre.

Un bólido descomunal
Pero a pesar de la enorme conmoción que creó la lluvia de las Dracónidas en 2011 por la cantidad de meteoros y el brillo de muchos de ellos, destacó la aparición descomunal de un bólido que se hizo tan brillante como la Luna, que era visible en aquél momento y que mostraba tres cuartas partes de su superficie; entre cuarto creciente y llena. Fue observado en España y se le llamó «Lebrija» ya que sobrevoló esta localidad sevillana, situada a 78 km de la capital.

Se calculó el tamaño y peso de esta roca, y resultó ser de medio metro de diámetro y 6 kg de peso, algo muy anormal en una lluvia de meteoros, ya que casi todos suelen ser del tamaño de un grano de arena o de una lenteja. El estudio de la lluvia de las Dracónidas de 2011, desplegó un amplio dispositivo científico en España, empleando cámaras de vídeo-detección.

Las lluvias de meteros en ocasiones deparan este tipo de sorpresas, ya que los cometas no dejan siempre un rastro uniforme de partículas por el espacio, sino que crean «bolsas» de escombros densas, debido a una actividad rápida e inusual que ocurre en la superficie del cometa cuando el hielo se sublima y se convierte de forma automática por el calor del Sol en gas, eyectando en forma de géiseres todo tipo de partículas de la superficie del cometa. Cuando la Tierra atraviesa una de estas «bolsas» de escombros, el espectáculo es inhttps://strato-editor.com/.cm4all/uproc.php/0/.181_2.jpg/picture-400?_=187b7cc20c8 enarrable. La lluvia de 2011, está considerada como una de las mayores de la última década.

Tormentas meteóricas
Pero aún hubo más; en los años 1933 y 1946, se observaron tormentas meteóricas (una tormenta meteórica debe producir al menos 1.000 meteoros a la hora), es decir, verdaderas lluvias de meteoros, que llegaron en 1933 a contabilizarse una media de 10.000 por hora, se trata pues de una de las lluvias más masivas de la historia. En 1946, aún más numerosa con 12.000 meteoros por hora. Es muy difícil predecir qué ocurrirá los próximos años. Las lluvias de estrellas fugaces son muy cambiantes en cuanto al número de meteoros por hora. La última vez que el cometa se acercó al Sol, fue en el año 2012 y mientras más cerca esté el paso de un cometa, más material hay flotando en el espacio.

Las Dracónidas es uno de los espectáculos más bellos del cielo, porque sus meteoros son de los más lentos de cuantas lluvias existen. Recorren «solo» 20 km/s, mientras que en otras lluvias sus meteoros lo hacen a más de 70 km/s. Es decir, la mayoría de los meteoros de otras lluvias apenas son perceptibles, solo un trazo en una fracción de segundo, pero los de las Dracónidas, se deslizan por el cielo suavemente, sin prisas.

El padre de las Dracónidas
El cometa 21P/Giacobini-Zinner es el progenitor de esta interesante lluvia de meteoros. Descubierto el 20 de diciembre de 1900 desde el Observatorio de Niza en Francia, se trata de un cometa periódico, girando alrededor del Sol cada 6,621 años. Cada dos revoluciones alrededor del Sol, el cometa se aproxima a la Tierra y es observable, aunque ronda la magnitud 9, es decir, hay que emplear al menos un pequeño telescopio para verlo. Solo en su paso de 1946 por las proximidades de la Tierra, alcanzó la magnitud 6, al límite de la visibilidad sin instrumentos ópticos. Se interna en la órbita de la Tierra, Marte y su punto de máximo alejamiento está en la órbita de Júpiter. De hecho la gravedad del gigante Júpiter está afectando a la órbita del cometa, de modo que la distancia a la que pasa por las proximidades del Sol, se acorta y se alarga continuamente.

Júpiter suele hacer esto con muchos cometas. Cambiando en ocasiones de forma drástica su órbita, o incluso atrayéndolos de tal forma, que impactan sobre él. Podemos afirmar que Júpiter es nuestro gran salvador, ya que modifica las órbitas de los cometas y muchos son lanzados al espacio exterior, es decir, la gravedad del planeta impide que muchos lleguen a las proximidades de los planetas más próximos al Sol, como la Tierra. Se ha calculado que cada 30 millones de años un cometa impacta sobre la Tierra, sin la presencia de Júpiter la frecuencia podría ser mil veces mayor.

¿Cómo verlas?
Las Dracónidas se observan desde el hemisferio norte, desde el hemisferio sur son perceptibles no mucho más abajo de la latitud -10 o -15.

Aléjese de las luces de ciudades y pueblos. Mire hacia arriba y hacia el norte principalmente. El radiante, punto de donde parecen partir las estrellas fugaces, está en la cabeza de la constelación del Dragón, muy cerca de la estrella más brillante del cielo que tendremos sobre nuestra cabeza: Vega.

Previsión para el año 2023
Este año podremos disfrutar del espectáculo de la lluvia de meteoros al menos hasta la 1 de la madrugada en la que saldrá la Luna por el horizonte E en cuarto menguante, no obstante si la lluvia es propicio incluso con la Luna podremos ver los meteoros más brillantes.

Consejos para ver la lluvia:
1.- Encuentre un lugar muy oscuro, lejos de las luces de las ciudades. No espere ver esta lluvia en el interior de un gran centro urbano.
2.- No lleve telescopios. La lluvia se ve a simple vista. En caso de que vea un bólido utilice unos prismáticos para ver la estela persistente flotando en el cielo durante más tiempo.
3.- Póngase cómodo, mejor tumbado.
4.- El empleo de cámaras fotográficas es muy eficaz para captar imágenes de las Oriónidas. Para ello emplee un trípode, un cable disparador y un objetivo que de gran angular para captar la mayor región de cielo posible, debe dejar el obturador de la cámara permanentemente abierto y darle un tiempo de exposición durante unos segundos o minutos y repita la operación continuamente. Si le da mucho tiempo de exposición, las estrellas saldrán movida en la imagen, pero el trazo del meteoro aparecerá nítido.