Si quiere tomar datos de este artículo o reproducirlo en su totalidad, indique el nombre del autor y " Asociación Astronómica de España"
Provenientes del paso del asteroide Faetón, pueden proporcionar hasta 120 meteoros por hora
Todos sabemos que las lluvias de meteoros o de estrellas fugaces, como se las conocen popularmente, proceden de los cometas. Se conocen más de 140 lluvias de meteoros procedentes de cometas (algunas de ellas del mismo) que dejan sus partículas de hielo y pequeñas rocas en el espacio tras acercarse al Sol e introducirse en la órbita de Júpiter, donde la temperatura es lo suficientemente alta como para que el hielo que recubre la roca comience a sublimarse, pasando del estado sólido al gaseoso. Debido a la sublimación del hielo, se producen una serie de géiseres que hacen eyectar parte del material del cometa hacia el espacio, esparciéndolo por su órbita. Si la Tierra coincide con estos restos en su órbita alrededor del Sol, se produce una de esas lluvias de estrella fugaces.
En diciembre, podemos observar la lluvia más espectacular del año y el último gran acontecimiento del mismo, salvo sorpresas: las Gemínidas. Se llaman así porque los meteoros parecen proceder de aquella constelación, Géminis. Géminis es la zona de impacto de los meteoros sobre la atmósfera terrestre y se le denomina radiante. Aunque las estrellas pueden provenir de cualquier parte del cielo, siempre es conveniente esperar a que aparezca sobre el cielo la constelación de Géminis, hecho que tendrá lugar nada más oscurecer la noche del 13 al 14 de diciembre, día de máxima actividad de esta importante lluvia, aunque dicha lluvia está activa desde el día 7 al 17 de diciembre.
Normalmente, la lluvia arroja un número estimado de 120 meteoros por hora, lo que la convierte en la segunda más importante del año tras las Cuadrántidas, salvo sorpresa de alguna que otra lluvia, como las Leónidas o las Perseidas.
Órbita del asteroide Faetón.
Las Gemínidas es una lluvia fácil del ver desde el hemisferio norte, pues se localiza el radiante a +33º de latitud norte, por lo que podremos disfrutar de ella durante toda la noche. Es una de las pocas lluvias cuya salida del radiante coincide con la puesta de Sol, por lo que se observa prácticamente durante toda la noche.
¿De dónde viene?Las Gemínidas es una lluvia bastante curiosa, pues no procede precisamente y en estos momentos de un cometa, sino de un asteroide denominado Faetón (Phaeton).
Pero ¿Cómo puede ser esto? Los asteroides son rocas que van desde pocos metros de diámetros a varios cientos de km, pero no están rodeados de hielo. Entonces, ¿de dónde proceden las partículas que chocan con la Tierra?
Pero en verdad es este asteroide el que trae la lluvia. Precisamente el satélite IRAS (Infrared Astronomical Satellite) que estudiaba el cielo en el infrarrojo en busca de galaxias en formación y de discos de polvo entorno a las estrellas, donde se forman los planetas, entre otras cuestiones, fue quien detectó por primera vez el asteroide Faetón en 1983 gracias a Simon F. Green y John K. Davies -fue el primero que se detectaba con un satélite artificial-, y se descubrió que la lluvia de las Gemínidas procedía de este asteroide. Era la primera vez que un asteroide dejaba una lluvia de meteoros sobre la Tierra.
Faetón se denomina así en honor del hijo del Dios del Sol Helios, y es el cuarto asteroide que más cerca pasa del Sol, a solo 21 millones de km, o lo que es lo mismo, a menos de la mitad de la distancia de la máxima aproximación de Mercurio al Sol. Faetón es un asteroide de la familia de los Apolos, de 5 km de diámetro, cuya distancia máxima está más allá de la de Marte, pero que se interna además en las órbitas de Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.
Potencialmente peligroso
El número de este tipo de asteroides Amor, con un tamaño mínimo de varios metros, pueden ser de hasta 70 millones. Es una de las familias de asteroides catalogados como NEOS, objetos próximos a la Tierra, con el correspondiente peligro de impacto sobre nuestro planeta. Es un asteroide potencialmente peligroso para la Tierra, pues su órbita se aproxima a la de nuestro planeta hasta los 3 millones de km. Un objeto de esas dimensiones podría provocar un desastre a nivel planetario.
La órbita de Faetón corresponde más claramente con la de un cometa que con la de un asteroide, debido a que es muy elíptica (muy achatada). Los asteroides se suelen mover en órbitas más o menos circulares entre Marte y Júpiter (cinturón principal de asteroides), o poco más allá del planeta enano Plutón (Cinturón de Kuiper), pero no suelen atravesar las órbitas de varios planetas en una órbita bastante elíptica. Faetón se acercó a la Tierra en diciembre de 2007, y lo volvió a hacerlo en 2017 a unos 10 millones de km de la Tierra. El período que emplea en girar alrededor del Sol es de solo 3,321 años, muy similar al cometa Encke, el que menos tiempo emplea en girar sobre el Sol y se espera que entre los años 2050-2060 se convierta, por el desgaste de tanta aproximaciones a nuestra estrella, en un asteroide. Las famosas lluvias de meteoros de las Leónidas y las Táuridas son producidas por este cometa, y seguirán cayendo cuando se convierta en un asteroide. Lo mismo que ocurre con las Gemínidas y el asteroide Faetón.
Con el tiempo y tras no poder seguir enviando al espacio material procedente de este cometa extinguido como es Faetón, la lluvia de las Gemínidas desaparecerá del cielo. Las lluvias de estrellas fugaces o de meteoros se mantienen gracias a la aportación de material de los cometas. Si se convierten los cometas en asteroides, a medida que pase el tiempo, las lluvias vinculadas a estos, que ahora son asteroides, se irán desvaneciendo.
Nunca se ha visto una cabellera alrededor del asteroide Faetón, que indique la eyección de materiales propia de un cometa, y mucho menos una cola, típica de los cometas cuando se acercan al Sol y volatilizan el hielo que los rodean.
Faetón debe ser un antiguo cometa extinto. Los cometas que orbitan al Sol en órbitas cerradas y que llevan millones de años haciéndolo, sufren un desgaste progresivo, y el hielo que rodea a estas rocas se va desgastando, hasta que llega un momento en que no queda nada y la roca queda completamente descubierta, sin hielo que la rodee. Faetón ya ha dejado todo el material que lo rodeaba en el espacio. Y es precisamente este material que lleva flotando en el cielo durante siglos el que produce la lluvia de estrellas fugaces de las Gemínidas. Mucho trabajo costó dar con aquel objeto que la provocaba. Pocos podían pensar que se trataba de un cometa agotado; de un asteroide.
Curiosamente, el 14 de diciembre de 2012, la lluvia de las Gemínidas coincidió por primera vez con una lluvia de meteoros procedentes de un cometa que ha cambiado su órbita varias veces debido a la gravedad de Júpiter, en 1972 y 1984, denominado 46P/Wirtanen. Muchos investigadores piensan que la lluvia de las Gemínidas es tan espectacular, la que más del año, por la combinación de los desechos del asteroide Faetón, con los del cometa 46P/Wirtanen.
Visibilidad
Los meteoros de las Gemínidas suelen ser brillantes y en ocasiones numerosos, de velocidad moderada a unos 35 km/s. Pueden alcanzarse los 120 meteoros/h. En 1996, se contempló este número durante 36 horas. Se observan durante toda la noche del máximo (noche del 13 al 14 de diciembre).
Previsión para 2024
A la Luna le faltan dos días para estar llena, por lo que saldrá muy temprano, poco después de oscurecer y la tendremos brillando casi toda la noche, lo que hará que moleste a la visibilidad de los meteoros.
Consejos para su observación
Alejémonos de las luces de las ciudades. No hace falta ninguna ayuda óptica para ver la lluvia, a simple vista es la mejor opción. Solo necesitaremos mantas y un lugar donde nos podamos tumbar. Miremos esencialmente hacia el E al comienzo de la noche y a medida que pasa esta, más hacia arriba, hacia el cénit.
Se observa desde todo el hemisferio norte y en las zonas tropicales y subtropicales del hemisferio sur. Cuanto más al sur, el número de meteoros bajará mucho en número.
Recuerde que los meteoros son pequeñas partículas, del tamaño de un grano de arena o de un garbanzo, que comienzan a desintegrase en la atmósfera a 100 km de altura. Todos los días entran toneladas de material extraterrestre en la atmósfera, pero la mayoría se deshace en ella. Estos días de lluvias de meteoros son los de máxima actividad, entrando aún más materia del exterior.